El fin del Impuesto al Sol está muy cerca

Desde que el 15 de octubre del 2015 se aprobó el polémico real decreto de autoconsumo, comúnmente denominado impuesto al sol, muchas han sido las críticas que han denunciado esta maniobra del gobierno español.

Sin embargo, tras el pronunciamiento del Parlamento europeo apoyando el veto, reforzando el derecho de los ciudadanos al autoconsumo, y elevando la cuota de energías renovables mínima del 27 al 35% en la UE para 2030, abre de nuevo una importante oportunidad de negocio para las energías renovables.

Y es que el autoconsumo y la energía fotovoltaica serán una realidad en los años venideros, le pese a quién le pese. No se pueden poner puertas al campo, y muchos lo saben.

¿Cómo funciona el actual peaje?

Para resumirlo de una manera sencilla, si bien el real decreto sobre el autoconsumo es bastante complejo, se puede decir que los únicos exentos de pago son las instalaciones de autoconsumo menores de 10kW (teniendo en cuenta que como máximo se puede producir la potencia contratada, lo cual limita mucho más) y las totalmente aisladas de la red.

El resto, o sea, todo lo que sube de 10Kw conectado a red, tiene que pasar por peaje. E incluso aunque sea inferior, se deberá igualar a la potencia contratada, con el consiguiente coste.

Una oportunidad para invertir

Debido a estas limitaciones, el autoconsumo quedó herido. El peaje realmente es un torpedo en la línea de flotación del barco renovable, sobre todo sumado a los propios costes de las tecnologías necesarias (si deseamos acumular la energía para su aprovechamiento sabremos lo caras que resultan las baterías, además del resto de equipos).

Pero si el Europarlamento vence el pulso al Consejo de la UE… la cosa cambiará, y mucho. Bien es cierto que existen muchas voces pesimistas al respecto, pues como ya sabemos, el Consejo está formado por los ministros, y, por ende, las grandes empresas y oligopolios. El Parlamento, sin embargo, está más cercano a los intereses de las personas.

Y es por ello que, afortunadamente, el Consejo tiene las de perder. José Blanco, el redactor socialista de la propuesta de la Directiva de Energías Renovables, decía en su cuenta de Twitter que “se blinda el autoconsumo como un derecho, se prohíbe el impuesto al sol”. La Comisión de Energía aprobó la propuesta.

Y es que, para poder cumplir los compromisos adquiridos para la lucha contra el cambio climático, no hay otro camino que las renovables.

Por tanto, ahora comienza una oportunidad real, y no es solo para visionarios.

La energía fotovoltaica: un futuro sostenible y a la vuelta de la esquina

A día de hoy, nuestra energía sigue en manos de oligopolios, con un peso importante de los combustibles fósiles como el petróleo. Hace unos pocos años, era un sueño poder llevar a cabo el consumo eléctrico autogenerado en nuestro hogar o empresa. Ser autosuficiente, sin depender de cambios en la industria energética ni de sus caprichos.

Cuando invertimos en energía fotovoltaica, lo hacemos no solo por un ahorro en costes, sino también como previsión de futuro e inversión. Nos hace inmunes a los sustos y a situaciones adversas.

Es por ello que, sabiendo esto, se haya intentado detener la proliferación de la energía fotovoltaica por parte de las eléctricas a nivel de autoconsumo. Pero, independientemente de que el Consejo europeo se salga con la suya frente al Parlamento y prevalezca frente al sentido común del resto de ciudadanos, el futuro solo pasa por incentivar la generación de energía y el vertido del excedente a la red.

Por tanto, una instalación fotovoltaica, es inversión con retorno y seguridad. Por muchos impuestos al sol que intenten colocar, al final, los objetivos contra el calentamiento global vencerán a cualquier traba que se imponga.



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